miércoles, 17 de febrero de 2016

Tú que quisiste

A quien duda de sí misma y de haber sido suficiente

Tú que quisiste. Querer pero del bueno. Querer como se cree con la fe de que no fue en vano. Darlo todo cuando no se esperaba nada. Abrazarte a un clavo ardiendo y conseguir no enfriarte.

Tú que quisiste mirar más allá de lo que se ve a simple vista. Caballo corredor de riesgos que siempre va en cabeza. Tú que no tienes vértigo a que esté vacío.
Tú que sabes buscar las grietas, allá que entras. Así es como entra la luz. Sonrisa envidiada por muecas que sólo saben estar a medias. Tú tan fiel a ser un 10.


Hoja perenne que no cae ni cuando la vida se ha cansado de dar vueltas. Acróbata sin miedo aparente. Tú tan runner, adicta a llegar antes de que las preocupaciones se coman tu esencia.

Arrecife al que sólo se llega si existen las ganas de bucear. Tú tan de poner el listón alto para acceder a lo más profundo. Tú tan darte en pequeñas dosis pero de forma constante.

Campanilla que supo salvar a esta causa perdida sin dejar que se apagase su luz. Puerto seguro que tantas veces me ha acogido cuando mis velas estaban rotas. Suerte que mi brújula me llevase hasta la segunda estrella a la derecha. Yo, tan dado a confundir el sur con el norte


Suerte es, que después de todo, no hayas cambiado de coordenadas. Tú tan negada a cambiar tus puntos cardinales, ni para los que aún no han aprendido a quedarse contigo o a marcharse del todo.

Aguja en un pajar que se encuentra cuando se ve lo que se puede estar a punto de perder. Puzzle al que no le gusta dejar preguntas sin contestar. Recuerda que, al final, todas las piezas terminan por encajar.
No fuiste antes ni después, fuiste a tiempo.

Algunas cosas pasan por nuestro lado, pero sin rozarnos, aunque sean lo suficientemente claras para que podamos verlas. - Paulo Coelho


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