A los ojos en los que vi mi reflejo
Te lo pido. Por lo que fuimos. Recuérdame en el tiempo que tuvimos. Tiempo de abrazarse sin saber cuándo vendría el tiempo de alejarse. Recuérdame negándome al frío por un poco de tu calor.
Te lo pido. Por lo que fuimos. Recuérdame en el tiempo que tuvimos. Tiempo de abrazarse sin saber cuándo vendría el tiempo de alejarse. Recuérdame negándome al frío por un poco de tu calor.
Brillando y tostándome al
sol, recuérdame así, que yo te recuerdo el tiempo en que me mirabas como si
fuera magia. Y cuándo dejaste de hacerlo.
Cuando quisimos y pudimos. Lento y despacito, que está
prohibido correr por los pasillos que te
llevan a los grandes instantes de felicidad, esos que a veces duran solo un
segundo y otras, si tienes suerte, duran toda la vida.
Y, ¿por qué no?
Recuérdame con rabia. Ahora que no duele, qué menos que pique. Que te pique
recordarme en detalle y no sepas si quieres aliviarte.
Píllate
un rebote y que nadie sepa qué mosca te ha picado. Y que se salve el mosquito
que te ha hecho recordarme, oportuno y con disimulo, enseñándote en tu piel que cada paso que yo daba, tú
también lo dabas, sin preguntar por qué.
Cabréate con el mundo y contigo por creerte tu discurso
sobre el tiempo que tendríamos.
Convéncete de que el tiempo que tuvimos fue solo nuestro.Que no quiero dolerte. Quédate
con las caricias y las ganas. Recuérdanos dándonos lo mejor, hasta que volvimos a ser
dos.
Recuérdame ahora que te miro de cerca, te veo de lejos.
Recuérdame ahora que se lo que es
el cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario